Hay recuerdos dolorosos que nunca dejarán de atormentarnos, hay días grises que cambian el curso de la vida en segundos, hay instantes que se hacen eternos en un sociego y que borran pasados queridos para dejarnos presentes heridos y amargos sabores...
Han pasado veinte años ya, desde que la furia del Ruiz se hizo torrente que fluyó en forma de lodo cubriendo a todo un pueblo, y aún la imagen de Omayra está presente como el rostro que simboliza esa tragedia.
Veinte años y esas imágenes aún consternan y estremecen, tanto como las palabras de los que sobrevivieron a la avalancha pero no al dolor, entre tantas voces que hablaron de lo sucedido se me quedó una grabada de una persona que dijo: "Y nunca he dejado de preguntarme, ¿Dónde estaba Dios el 13 de Noviembre de 1985?"
No comments:
Post a Comment